Gugu, tata, papa, mama...

  Tato

Qué mono. Qué rico. Mira como se le cae la babita... que sonrisita pone... Todos lo fuimos y todos lo llevamos dentro. Mantener ese sentimiento, lleva implícito, y sin pretenderlo, el sentido común. La configuración de la supervivencia debería revisarse. Los ideales cambian y nos aferramos a ellos. Toda ley se escribió desde un formato causal, los motivos de un momento dado. Los símbolos y las banderas se mantienen hasta en lo absurdo. Una locura. Respeto y sentimiento. La mirada del niño. La protección. El sentido común y el típico no hagas lo que no quieres que te hagan. Pero si no somos capaces de tener paciencia y cariño por el prójimo, todo se retroalimenta. Me gustaría encontrar amistades creativas. Las hay, y muchas... pero no se quieren dejar conocer. Personas que huyen de lo destructivo y se apuntan realmente a subirse en el carro de la evolución. Amistades con quienes les guste el arte, la ciencia, el Universo. Con quienes miran por la noche una estrella y ven algo más que un punto iluminado. Tengo miedo a quedarme ciego, pero lo que veo cada día no me gusta. Podemos hacer mucho más. Pero perdimos el empuje y la curiosidad de un niño. Perdimos su simpatía. Perdimos sus ganas de vivir.