El viento soplaba impetuoso sobre el barco maltrecho por los eones pasados, siempre con la mar adormecida pues el oceano tiene y debe poseer una capacidad asombrosa para debolver y una presión cuantiosa para absorver, los oídos me silvaban, llegabamos a egipto, ¡buena biblioteca
muga no kuichi renge rinnegan ganesha napati babalam keva.lam.