Día del padre
Hoy se celebra el día del padre en algunos países.
Esto trae a mi memoria las muchas veces que recibí “felicitaciones†un día como hoy, por el hecho de ser madre soltera. Y decidí compartir las palabras de agradecimiento que devolvía por aquel entonces. Aclaro de antemano que esta es mi mirada y que es absolutamente subjetiva.
Ser padre es una tarea insustituible. Imposible que una mujer sea madre y padre a la vez. Eso fue algo que se inventaron para hacer creer que la mujer podía asumir el rol del padre y que creo que no es cierto. Ser madre tiene sus propias exigencias y particularidades al igual que ser padre.
El padre forja el carácter, enseña la disciplina, aporta seguridad personal, fortalece la autoestima y siembra el amor por el logro. La madre aporta otros elementos igual de importantes y ambos se complementan, otorgando y construyendo la personalidad de cada hijo.
Criar hijos sola o solo, es una tarea bastante retadora, lo ideal es que el hijo crezca acompañado de ambas figuras, sabemos que hoy día esto no siempre pasa. Y aunque las madres procuramos hacer lo mejor y lo más maravilloso que podamos, la presencia y la fuerza del padre siempre es necesaria, el amor del padre, la seguridad masculina y la aventura son irreemplazables.
Me gusta creer que las mujeres conscientes y responsables procuramos que nuestros hijos compartan con sus padres, les admiren y respeten.
Me gusta creer que las mujeres, evitamos hablar mal de el padre que escogimos para nuestros hijos y que por el contrario exaltamos las cualidades de ese hombre con el que decidimos procrear y perpetuar nuestra existencia a través de “un hijoâ€, ese hombre que nos permitió ser madres y experimentar uno de los amores más puros e incondicionales que existe.
Me gusta creer que aún después de una separación y un divorcio doloroso, hemos sanado y somos capaces de decirle a nuestros hijos ¡tenes el mejor padre del mundo
Me gusta creer que cada hijo tiene un padre al cual acudir cuando le necesita y que ese padre está allí disponible, mirándole a los ojos y escuchándole con atención.
Muchas veces desde el dolor, el resentimiento y el pasado, con nuestras palabras y acciones podemos socavar el amor que nuestros hijos sienten por “su padreâ€. Dejemos y promovamos que nuestros hijos amen a sus padres y tomen de él (ellos) lo mejor que tengan, lo mejor que puedan.
Las madres somos maravillosas e insustituibles y los padres también.
Al César lo que es del César.
En honor a lo que un día fue.
En honor al hombre que una vez ame.
En honor al hombre que una vez escogí para entregarle mi cuerpo y que me convirtiera en madre.
En honor al padre de cada hijo del mundo.
En honor a mi padre de quien tome todo lo bueno.
En honor a tu padre que te dió la vida para que hoy estés aquí.
Gracias, gracias, gracias.
Mi alma abraza tu alma.