Queridos Reyes Magos,
Este año escribo cabreado, porque vuestros regalos más
importantes que os pedí para el 2022 no me han servido de mucho más que para
coleccionar malas experiencias; en el trabajo, la amistad y el amor. Por suerte
me habéis dejado la salud para volver aquí un año más, como es tradición en mí.
En lo material sí, después de 4 años ya tocaba un móvil
nuevo, Xiaomi eh… no os habéis estirado mucho, y además lo tuve que pagar yo.
Como la silla donde estoy sentado de esas de oficina con reposacabezas que no
tiene la piel que se despegará con el tiempo como la anterior… eso no lo cuenta
nadie después en los comentarios del producto tras una compra magnífica en los
primeros días.
Para este año os propongo un trato, en lo material solo os
pediré una cosa: unas gafas bifocales de pasta y color negro (de marca o no,
según vuestro presupuesto porque este año pagáis vosotros que estas ya cuestan
un pico). Esto de la presbicia es un rollo más de la edad.
Hoy más que nunca echo de menos aquella carta que os mandé,
debía tener unos 7 u 8 años, en la que inocente de mí no pedía juguetes solo a
Judith, la chica más rubia y con los ojos más azules del Collaso i Gil. Todavía
me avergí¼enzo al saber que vosotros no eráis vosotros sino mis padres. Menudas
risas se debieron echar y claro, como lo de secuestrarla para tenerme contento ya
era un delito en aquella época, me compraron una bicicleta y más videojuegos.
No sé qué me dio más pena al abrir mis regalos bajo ese
árbol de Navidad, si el hecho de que Judith no estuviera dentro de uno de
ellos, o que con el trasiego de los regalos nadie se acordó de meter al
periquito dentro de casa y se quedó tieso en la terraza cuando en aquellos años
sí hacía frío en enero, y no como ahora que hoy mismo iba por la calle en manga
corta.
Recién levantado, me quedé sin el periquito que ya tenía y
la Judith que quería tener.
Desde entonces nunca he vuelto a pediros el amor con un nombre
ni unos rasgos concretos. A esta edad me basta y me sobra con un poco de
inteligencia, sensibilidad y empatía… pero el año pasado me dejasteis carbón en
forma de varias mujeres que, maltratadas por sus vidas anteriores, consciente o
inconscientemente ahora maltratan a hombres como yo que se encuentran a su paso
en lugar de dedicarse a conocerlos bien, y darse cuenta que lo que buscan está
mucho más cerca de lo que parece.
Con respecto a la amistad no voy a pedir nada,
principalmente porque cada vez que intento conocer personas nuevas algo se
tuerce, por mi culpa o no. Cada vez creo menos en las personas en general y
supongo que, por eso, me alejo tan pronto veo algo que no me cuadra y si además
lo sumas con que las personas cada vez tienen menos paciencia pero más grupos
de whatsapp donde encontrarse entre sí la misma gente aburrida sin saber qué
hacer… yo, sinceramente no lo entiendo, no lo comparto y prefiero disfrutar a
mí manera de la soledad.
Del trabajo, este año solo pido no tropezarme con más compañer@s
con envidias ni jefes/as incompetentes y todo irá bien. Ya sabéis que el
trabajo en sí que haga, siempre lo haré bien.
Por último y ya acabo, sobre el tema de la salud, la pido toda
para mi madre. Para mí, ya os he dado la presbicia a cambio de los regalos del
año pasado. ¿Qué me vais a pedir este año a cambio de un poco de cada aspecto de
esta carta? Esta noche cuando vengáis, lo negociamos.
Feliz Noche de Reyes a tod@s.