Tener una relación de pareja o familiar nos genera mucha alegría y esto es bueno. Sin embargo, cuando sentimos que nuestra felicidad depende de otra persona y que, si no está, nuestra vida no puede ser la misma, el sufrimiento parece que es inevitable. Uno no quiere depender de otra persona para estar bien, pero parece que no puedes evitar sentir esto. Realmente es una cosa que se puede cambiar. ¿Cómo?