Oh gran Dios Kukulkan, has descendido.
Vienes a entre nosotros a presenciar.
Como Kinich Ahau surca los cielos.
Para caer y atravesar el inframundo.
Vienes a ver a Ixchel seguirle los pasos.
Donde los espectros quieren arrastrar a las almas.
Como si se dedicase seguir al heroico guerrero.
Y fertilizar la tierra con su belleza.
Vienes a ordenar a Quetzalcoatatl.
Imponer su fuerza en los oceanos.
Iluminando la oscura tempestad.
Y hacer volar las ilusiones de los navegantes.
Oh, gran Dios Kukulkan, has descendido.
A nuestro humilde universo.
A traer la gracia de los dioses.
Y protegernos de los malos espiritus.
Vienes a ordenar la gracia de Chac.
Y ver como la lluvia tan deseada.
Hace crecer nuestros cultivos.
Y otorgar a nuestro pueblo la dicha.